miércoles, 22 de abril de 2009

ANGEL CAPPELLETTI Y SU ENFOQUE DEL ANARQUISMO HISTORICO LATINOAMERICANO










Por: Prof. Nelson Mendez P.
Facultad de Ingenieria,
Universidad Central de Venezuela.
Caracas - junio 1996


No es exagerado calificar al libro EL ANARQUISMO EN AMERICA LATINA como hito fundamental en la bibliografía anarquista latinoamericana. Aun cuando el pie de imprenta indica noviembre de 1990, diversos inconvenientes editoriales retrasaron su aparición publica, así que apenas fue en junio de 1993 cuando salio a la venta en Caracas, en forma por demás restringida por tratarse de un grueso y costoso volumen, con pequeño tiraje (1.500 ejemplares en edición de tapa dura y 1.500 en rustica), publicado por la Biblioteca Ayacucho, ente estatal venezolano con los clásicos atributos de la burocracia del trópico, por lo cual se deduce que ha sido complicado para los interesados del país tener acceso a la obra por los canales habituales (adquisición en librerías o consulta en bibliotecas), y que resultase muy problemática o hasta inexistente la distribución en el exterior. Pese a todo, esta publicación fue un tributo al esfuerzo de una persona sin cuya voluntad entusiasta y capacidad erudita no es concebible emprender trabajo de tal magnitud y tantas dificultades: el Dr. Ángel J. Cappelletti, quien tomo en sus manos y llevo a feliz termino un proyecto que permanecio en suspenso por un largo periodo tras la muerte en 1982 de quien lo había concebido e iniciado, el historiador y sociólogo uruguayo Carlos Rama.

Cappelletti no solo efectúo la mayor parte de la recopilación de textos prevista en el plan inicial de la obra, sino que encaro la realización de un extenso ensayo sobre las claves históricas, sociales y culturales que marcaron país por país la presencia del socialismo libertario en nuestro subcontinente. Este trabajo, que sintetiza numerosos artículos del autor en publicaciones periódicas sobre aspectos parciales de este vasto tema, y cuyo boceto encontraremos en su obra previa HECHOS Y FIGURAS DEL ANARQUISMO LATINOAMERICANO (publicada por la Editorial Madre Tierra de Madrid), es obligado preámbulo al compendio documental de 454 páginas, que abarca 18 autores individuales y 6 colectivos, provenientes de 7 países del área, en una recopilación nunca antes hecha de testimonios escritos del anarquismo continental, tomados de las mas diversas fuentes - a veces casi rarezas bibliografiítas - y que en fecha y motivación van desde un combativo manifiesto obrero paraguayo de 1892, hasta la conceptual critica a la democracia representativa de una intelectual y militante uruguaya (Luce Fabbri) en 1983. Otros nombres más (como el greco-mexicano Plotino Rhodokanaty, el cubano Enrique Roig San Martín, el exiliado español Abraham Guillen o los I.W.W. chilenos) podrían agregarse a los que presenta la muestra antológica seleccionada, pero sin duda los que se incluyen en el libro lo merecen plenamente, ya sean individualidades resaltantes como el incansable combatiente mexicano Ricardo Flores Magon, el fogoso intelectual peruano Manuel González Prada, el anarcosindicalista hispano-argentino Diego Abad de Santillan y el fundamental escritor brasileño José Oiticica; o colectivos de evidente raíz popular como la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), el Partido Liberal Mexicano y la organizacion anarcosindicalista histórica de Uruguay (la FORU).

En el Prologo, nombre por demás engañoso para un texto tan denso como este que estamos comentando, Cappelletti trabajo con la acuciosidad investigativa característica de su amplísima y estimada labor intelectual, culminando lo que a nuestro entender es el examen contemporáneo mas agudo y exhaustivo sobre el tema, digno de una calificación mayor a la de "simple esbozo" que su creador le atribuyo con modestia; y no solo por su extensión de 218 paginas escritas con rigor, pasión y amenidad, sino porque allí se cimientan las bases para el rescate de una historia tan diversa y significativa como ignorada o tergiversada. Los ejemplos de las investigaciones sobre el impacto y la presencia del anarquismo en la Historia Social de Colombia publicadas por los compañeros del Proyecto Cultural Alas de Xue en 1993, las vigorosas paginas de Frank Fernández sobre el quehacer y las vicisitudes del movimiento libertario cubano, o las líneas esclarecedoras que el historiador venezolano Leonardo Rodríguez expone respecto al alcance de la actividad y el ideario anarcosindicalista en nuestro país, en una vasta obra sobre la evolución del sindicalismo nacional que prepara actualmente, ilustran respecto a que al texto de Cappelletti le cabrían ampliaciones de detalle, provenientes de estudios mas precisos sobre la significación de la influencia libertaria en contextos sociales particulares; pero esto, mas que deficiencia, es un reto que plantea el Prologo al abrir tan amplias vías de información, análisis y reflexión.

Detengámonos a detallar esas vías, para lo cual citaremos extensamente el Prologo. Para Cappelletti: "... El anarquismo tiene en America Latina una amplia historia, rica en luchas pacificas y violentas, en manifestaciones de heroísmo individual y colectivo, en esfuerzos organizativos, en propaganda oral, escrita y práctica, en obras literarias, en experimentos teatrales, pedagógicos, cooperativos, comunitarios, etc. Esta historia - continua - nunca ha sido escrita en su totalidad, aunque existen algunos buenos estudios
parciales. Más aun, quienes escriben la historia social, política, cultural, literaria, filosófica, etc., del subcontinente suelen pasar por alto o minimizar la importancia del movimiento anarquista. Hay en ello tanto ignorancia como mala fe. Algunos historiadores desconocen los hechos o consideran al anarquismo como ideología marginal absolutamente minoritaria y desdeñable. Otros, por el contrario, saben lo que el anarquismo significa en la historia de las ideas socialistas y comprenden bien su actitud frente al marxismo, pero precisamente por eso se esfuerzan en olvidarlo o desvalorizarlo como fruto de inmadurez revolucionaria, utopismo abstracto, rebeldía artesanal y pequeño burguesa, etc."

Como todo pensamiento originado en Europa, la ideología anarquista fue para America Latina producto importado. Esto lo comprendía Cappelletti, pero también que las ideas no son meros productos sino mas bien organismos y, como tales, deben adaptarse al nuevo medio y, al hacerlo, cambiar en mayor o menor medida. Por ello, para el, decir que el anarquismo fue traído a estas playas por emigrantes europeos era casi acotar lo obvio. Interpretar el hecho como signo de su minusvalía, lo denunciaba como muestra de estupidez, pues bien sabemos que hasta la idea misma de "patria" y la ideología nacionalista nos han llegado de Europa.

Cappelletti entiende que el anarquismo no fue solo la ideología de masas obreras y campesinas paupérrimas que, arribadas al nuevo continente, se sintieron defraudadas en su esperanza de una vida mejor y vieron cambiar la opresión de las antiguas monarquías europeas por la no menos pesada de las oligarquías republicanas de America. Fue muy pronto el modo de ver el mundo y la sociedad que adoptaron también masas autóctonas y aun indígenas, desde México (con Francisco Zalacosta en Chalco, un casi ignorado predecesor decimonónico de la tradición de lucha que ahora encarna el EZLN en Chiapas) hasta la Argentina (con Facon Grande, aquel legendario guerrillero gaucho de la Patagonia rebelde en la década de 1910). Con agudeza, Cappelletti anotaba que muy pocas veces se ve que la doctrina anarquista del colectivismo autogestionario, aplicada a la cuestión agraria, coincidía de hecho con el antiguo modo de organizacion y de vida de los indígenas de México y Perú, anterior no solo al imperialismo hispano sino también al imperialismo de los Aztecas y de los incas. En la medida en que los anarquistas lograron llegar hasta los indígenas, no tuvieron que inculcarles ideologías exóticas, sino solo tornar conscientes las ideologías campesinas del "calpull" y del "ayllu".

Explicando la incidencia social del Anarquismo en America Latina, también nos dice Cappelletti: "Por otra parte, en la población criolla se había arraigado muchas veces una tendencia a la libertad y un desapego por todas las formas de la estructura estatal que, cuando no eran canalizadas por las vías del caudillaje feudal, eran tierra fértil para una ideología libertaria. Casi nunca se menciona la existencia (en Argentina y Uruguay) de un "gauchaje" anarquista, que tenia su expresión literaria en los payadores libertarios. Pero aun prescindiendo de estos fenómenos, que serán considerados sin duda poco significativos por los historiadores académicos y marxistas, puede decirse sin lugar a dudas que el anarquismo echo raíces entre los obreros autóctonos mucho mas profunda y extensamente que el marxismo (con la sola excepción, tal vez, de Chile)."

Cappelletti estaba consciente en que el movimiento ácrata latinoamericano no genero en el pasado aportes fundamentales a la teoría del Anarquismo, pero recalcaba que desde el punto de vista de la organizacion y de la praxis produjo formas desconocidas en Europa. Así, la Federación Obrera Regional Argentina fue ejemplo de una central que, siendo mayoritaria (hasta llegar a constituirse, de hecho, entre las dos primeras décadas del siglo XX, en central única), no hizo jamás ninguna concesión a la burocracia sindical, al mismo tiempo que adoptaba una organizacion diferente tanto de la Confederación Nacional del Trabajo en España y demás centrales anarcosindicalistas europeas como de la IWW norteamericana. Otro ejemplo, típicamente latinoamericano, es la existencia del Partido liberal Mexicano, el cual pocos años después de su fundación adopto una ideología que, sin ninguna duda, era anarquista (por obra, sobre todo, de Ricardo Flores Magon) y que, sin embargo, conservo su nombre y siguió presentándose como partido político (lo que le valió duras criticas de algunos ortodoxos europeos como Jean Grave). Vale acotar aquí la referencia al extenso ensayo de Cappelletti sobre la vida y obra de Flores Magon, publicado por entregas entre fines de 1995 y comienzos de 1996 en el periódico anarcosindicalista hispano CNT, que estimamos como lectura valiosa para conocer en profundidad la trascendencia del gran revolucionario mexicano.

Como movimiento de acción colectiva y si se exceptúa el caso singular del liberalismo magonista mexicano, Cappelletti afirmaba que en America Latina el anarquismo historico fue casi siempre anarcosindicalismo y estuvo esencialmente vinculado a organizaciones obreras y campesinas. Hubo, sin duda, algunos anarcoindividualistas en Argentina, Uruguay, Panamá, etc., y también algunos anarco-comunistas enemigos de la organizacion sindical (en Buenos Aires, durante las décadas de 1880 y 1890), pero la inmensa mayoría de los anarquistas partidarios de un sindicalismo revolucionario y antipolítico (no, como suele decirse equivocamente, a-político).

Por otra parte, el anarquismo presenta también algunos rasgos diferenciales en los distintos países de America Latina, y de ello Cappelletti hizo una magistral síntesis en su trabajo. Así, nos enteramos que en Argentina ha sido, con la FORA, más radical, hasta el punto de ser considerado extremista por la CNT española. En Uruguay ha sido mas pacifico, tal vez porque menos perseguido (excepto durante la ultima dictadura de las décadas de 1970 y 1980). En México ha tenido significación en el gobierno, no solo por la participación del magonismo en la revolución contra Porfirio Díaz, sino también porque la Casa del Obrero Mundial y sus "batallones rojos" se aliaron con Carranza, y porque luego los dirigentes de la CGT polemizaron con el propio presidente Obregon. En Brasil, por el contrario, estuvo siempre al margen de toda instancia estatal, y la republica militar-oligárquica nunca lo tomo en cuenta sino para perseguir, desterrar o asesinar a sus militantes.

Fenómeno típico de ciertos países latinoamericanos, entre 1918 y 1923, fue el anarco-bolchevismo. En Argentina, Uruguay, Brasil y México sobretodo, al producirse en Rusia la revolución bolchevique, muchos anarquistas se declararon partidarios de Lenin y anunciaron su incondicional apoyo al gobierno soviético, pero no por eso dejaron de considerarse anarquistas. Esta corriente desapareció con la muerte de Lenin, pues quienes decidieron seguir a Stalin ya no se atrevían sin duda a llamarse "anarquistas". Digamos de pasada que un reflejo de estas concepciones lo tuvimos en Venezuela con Pío Tamayo, el esforzado luchador anti-dictatorial muerto en 1936, quien a partir de 1928 instruía a sus jóvenes compañeros de infortunio en las prisiones de Juan Vicente Gómez acerca de "el socialismo de Marx y Bakunin".

Con su sapiencia y juicio preciso característicos, Cappelletti nos ilustra sobre como "en todos los países del área el anarquismo produjo, además de vasta propaganda periodística y copiosa bibliografía ideológica, muchos poetas y escritores que, con frecuencia, fueron figuras de primera línea en las respectivas literaturas nacionales. No en todas partes, sin embargo, fueron igualmente numerosos y significativos. En Argentina y Uruguay puede decirse que la mayoría de los escritores que publicaron entre 1890 y 1920 fueron, en algún momento y medida, anarquistas. En Brasil y Chile, hubo asimismo, durante ese periodo, no pocos literatos ácratas, aunque no tantos como en el Río de la Plata. En Colombia, Venezuela, Costa Rica, etc., si bien no floreció una literatura propiamente anarquista, la influencia de la ideología libertaria se dio más entre literatos y poetas que en el movimiento obrero. Es importante, hacer notar, sin embargo, que aun allí donde literatura y anarquismo fueron casi sinónimos, como en el Río de la Plata (en el periodo mencionado), los intelectuales anarquistas nunca desempeñaron el papel de elite o vanguardia revolucionaria y nunca tuvieron nada que ver con la universidad y con la cultura oficial. En esto el anarquismo se diferencia profundamente del marxismo."

No rehúyo Cappelletti un problema de capital importancia en la temática que examino: la decadencia del anarquismo historico latinoamericano (que no trajo, como el mismo autor afirma, la total desaparición de ideas y actividades libertarias en nuestro ámbito durante el lapso posterior). Atribuía ese hecho en lo inmediato a tres causas historico-políticas: 1) Una serie de golpes de Estado, mas o menos fascistoides, que se producen alrededor de 1930 (Uriburu en Argentina, Vargas en Brasil, Terra en Uruguay, etc.); todos caracterizados por una represión general contra el movimiento obrero, los grupos de izquierda y los anarquistas en especial. En ciertos casos (Argentina) llegan a desarticular enteramente la estructura organizativa y propagandística de las federaciones obreras anarcosindicalistas. 2) La fundación de los partidos comunistas. El apoyo de la Unión Soviética y de los partidos afines europeos les confiere una fuerza material de la que carecen las organizaciones anarquistas, sin más recursos para su sostenimiento que las cotizaciones de sus propios militantes. En algunos países mas (Brasil), en otros menos (Argentina), hay anarquistas que se pasan al partido comunista. 3) La aparición de corrientes nacionalistas-populistas (más o menos vinculadas con las fuerzas armadas e inclusive, a veces, con los promotores de golpes fascistoides).

Al analizar dichas circunstancias, Cappelletti explica como la particular situación de dependencia en que se encuentran los países latinoamericanos ante el imperialismo europeo y, sobre todo, norteamericano, deriva la lucha de clases hacia las llamadas luchas de "liberacion nacional". Los trabajadores visualizan la explotación de que son objeto como imposición de potencias extranjeras. La burguesía (nacional y extranjera) vinculada a ciertos sectores del ejército y la iglesia católica, los convence de que el enemigo no es ya el Capital y el Estado, sino solo el Capital y el Estado extranjeros. Esta conviccion (hábilmente inducida) es la causa principal de la decadencia del anarquismo historico latinoamericano. Todo lo demás es secundario, inclusive las dificultades intrínsecas que se supone afectan a una organizacion anarquista en el mundo actual (tal como serian la necesidad de hacer funcionar sindicatos sin burocracia y la real o aparente inviabilidad de sus propuestas concretas). No obstante, Cappelletti siempre confío calmadamente en que la situación del socialismo libertario en el subcontinente se modificaría en un sentido positivo, lo cual empezó a vislumbrarse en los años posteriores a la redacción del Prologo (escrito hacia 1988); de ello tuvo exacta conciencia y, al respecto, no podemos dejar de mencionar un hecho que para el fue sintomático: al llegar a Venezuela en 1968, encontró que acá el ideal anarquista era asunto de exiliados veteranos, mayormente ibéricos; al irse en 1994 se despedía de un pequeño pero creciente movimiento acrata, integrado esencialmente por gente joven nacida y activa en diversas zonas del país.

Tanto el Prologo como la Selección de Textos del libro que comentamos hacen referencia central al periodo entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. De hecho, la Cronología que Cappelletti preparo para este volumen va de 1861 a 1940, pues dentro de ese lapso el anarcosindicalismo como movimiento social y el pensamiento acrata como referencia cultural alcanzaron innegable relevancia en Latinoamérica, siendo merito básico de la obra describir esa realidad para cada país del área, en toda una multiplicidad de expresiones y vínculos que son apenas conocidos para la nueva generación que hoy procura impulsar el renacimiento libertario entre el Río Grande y la Tierra del Fuego. Por eso, y hablando desde la posición de quienes ansiamos y buscamos ese resurgir acrata, tiene que ser para nosotros tarea inaplazable la recuperación consciente de esa memoria inexplorada y anchurosa, no en plan de sentimentalismo nostálgico ni de consagrar otra mitología histórica para afrontar dogmas liberales o marxistas, pues se trata de rescatar el significado vivo que ese pasado tan fértil tiene para el presente y futuro de las luchas sociales en el continente. Es en tal ánimo que proponemos leer y debatir EL ANARQUISMO EN AMERICA LATINA entre quienes aspiramos a edificar junto a nuestros pueblos caminos de libertad e igualdad, y ese seria el homenaje más consecuente a la memoria de Ángel Cappelletti.


Obra reseñada: EL ANARQUISMO EN AMERICA LATINA (Prologo y cronología: Ángel J. Cappelletti; selección y notas: Carlos M. Rama y A. Cappelletti), Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1990. Prologo: CCXVIII paginas. Selección de Textos, Cronología e Índice: 490 pags.

1 comentario:

Luis Gonzalo Hernandez Alcala. dijo...

Muy respetado Profesor:
Sin nunguna intención de ser grosero, lo pongo claro y raspao. Para mí, el socialimo no es otra cosa que el comunismo , edulcorado con patriotismo y humanismo. El socialismo a mi modo de ver y entender no es otra cosa que la confiscación que hacen algunos cuando llegan al poder, de las libertades individuales, las propiedades privadas, medios de producción y comunicación, apoyados por aquellos que nunca han tenido nada por esfuerzo propio, por exclusión, o por falta de oportunidades. El socialismo les sirve para todos sus propositos de perpetuarse en el poder, nada da, todo quita, no produce otra cosa que separación y odios. Para muestra un botón, "La Revolución Bolivariana" y su "Socialismo del Siglo XXI"