martes, 23 de diciembre de 2008

BUROCRACIA POLÍTICA


La burocracia, como teoría y campo de conocimiento, comenzó a desarrollarse a comienzos de la década de los cuarenta; tres aspectos fundamentales condicionaron este surgimiento: 1.- Fragilidad y parcialidad tanto en la teoría clásica como de la teoría de las relaciones humanas, opuestas y contradictorias entre sí, pero sin posibilitar un enfoque global, integrado y totalizador de los problemas organizacionales; 2.- La necesidad de un modelo de organización racional, capaz de caracterizar todas las variables involucradas; y 3.- El surgimiento de la sociología de la burocracia, a partir del descubrimiento de los trabajos de Max Weber.

La burocracia es una forma de organización humana que se basa en la racionalidad, es decir, en la adecuación de los medios a los objetivos (fines) pretendidos, con el fin de garantizar la máxima eficiencia posible en la búsqueda de esos objetivos. Los orígenes de la burocracia se remontan a la antigüedad. La burocracia, tal como la concebimos hoy, es la base del sistema moderno que permite la operatividad y agilidad de los procedimientos administrativos, para la ejecución de programas y proyectos de interés colectivo.

Max Weber distingue tres tipos de sociedad: la tradicional, en la que predomina características patriarcales y hereditarias; la carismática, en la que predominan características místicas, arbitrarias y personalistas, como grupos revolucionarios, los partidos políticos, las naciones en revolución, etc.; la sociedad legal, racional o burocrática, en la que predominan normas impersonales y una racionalidad en la escogencia de los medios y de los fines, como en grandes empresas, en los Estados modernos, en los ejércitos, etc.

En este tipo de sociedades la burocracia ha estado manifestada de diversas maneras, a pesar de ello no ha variado sus características predominantes: organización en donde el papeleo se multiplica y crece, impidiendo soluciones rápidas o eficientes. El término también se emplea para designar el pago de los funcionarios a los reglamentos y rutinas, de tal modo, que se produce ineficiencia en la organización.

La burocracia es una organización que establece los cargos según el principio de jerarquía; ésta es orden y subordinación, correspondiendo los niveles de autoridad a diversas categorías de participación. La autoridad es inherente al cargo y no al individuo específico que lo desempeña.

Como Organización la burocracia se caracteriza por la profesionalización de sus participantes, ello da ciertas ventajas operativas a la organización, aunque los costos sean cuantiosos en lo que se refiere a la remuneración del Recurso Humano.

La ventaja mayor de la burocracia es la racionalidad que brinda a las operaciones administrativas, de allí que exista la posibilidad de rapidez en las decisiones, de precisión en las definiciones, de univocidad en las interpretaciones, de uniformidad en los procedimientos, de confiabilidad en la conducción y de reducción de fricciones entre las personales.

La burocracia presenta variantes que desvían el camino correcto de operatividad administrativa, es así como el involucramiento personal del funcionario puede terminar por influir negativamente en la concepción de una decisión; el exceso de formalismo, la resistencia al cambio, la súper conformidad y las dificultades externa del entorno social, político, económico y cultural, pueden terminar por mal formar los principios de desarrollo y consecución en el área administrativas.

Otro pensador que ahondó el tema de la burocracia, fue Merton; para él la burocracia es una estructura grupal secundaria, destinada a desempeñar determinadas actividades que no pueden cumplirse satisfactoriamente con criterios grupales primarios. Para Merton la burocracia no es tan eficiente como señalaba Weber, ya que presenta en la práctica una serie de distorsiones que perjudican el funcionamiento y la eficiencia de la organización.

Para Gouldner, la burocracia es una forma de comunicación dirigida a aquellos que perciben como deseosos de evadir responsabilidades, evitar obligaciones y no desempeñar satisfactoriamente sus tareas. En el plano funcional, la burocracia sirve para evaluar las tensiones provocadas por la estrecha supervisión, identificándose tres tipos de burocracia: la seudo burocracia, en la que las normas se imponen desde afuera; la burocracia representativa, en la que las normas son promulgadas por especialistas o entendidos, cuya autoridad es aceptada por los supervisores y obreros; y la burocracia punitiva, en la que las normas se imponen a través de las presiones de la administración o de los empleos, en el intento de coaccionar a la otra parte.

Una apreciación crítica de la burocracia nos lleva a la conclusión de que ésta es una de las mejores alternativas de organización, pero que debe prescindir del excesivo formalismo que la hace antipática, obstaculizadora y generadora de insatisfacciones.

La burocracia hizo posible el piso filosófico e institucional, de la administración pública y con ésta vino una nueva modalidad de presentación del interés del Estado en los requerimientos del colectivo. Hubo mayor acercamiento, aunque el principio de efectividad en los procesos no llegó a materializarse y hoy constituyen, aún, una de las debilidades más palpables de la organización pública, en especial de la organización Gubernamental.

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viernes, 19 de diciembre de 2008

POLÍTICA EN SALSA


Para Adrian Leftwich (“Sobre la política de la política” ¿Qué es política? México, Fondo de Cultura Económica, Colección Breviarios N°438,1987), “...resulta útil e interesante reflexionar un poco acerca de por qué la gente tiene opiniones tan diversas acerca de este tema (la política). Es claro que, sin un análisis muy detallado de la historia de un individuo, de su personalidad y puntos de vista, es imposible hacer algo más que plantear algunas preguntas y hacer sugerencias para la autorreflexión y estudio posteriores.

Cuanto más radical, democrático, abierto e innovador sea un régimen (esto es, cuanto más comprometido esté tanto con el cambio como con la participación popular), más amplio será su concepto de la política y el estímulo que le dé, aunque rara vez haya muchos regímenes como este en el mundo durante largo tiempo.

En el campo politológico se distingue dos apreciaciones sobre el concepto de política, por un lado “lo político”, que es el estudio de las teorías e ideologías que describen la acción política en una sociedad determinada (Leftwich, 1987); y por otro, “la política”, como expresión de la práctica de gobierno en el marco del proceso político como acción “espectáculo” que aspira concentrar el interés y la voluntad popular en las manos de un líder. Acá los valores conductuales y la estrategia como epicentro de escenarios caracterizados por la el cuestionamiento y la crítica de los diversos puntos de vistas de cómo hacer posible la gobernabilidad en una sociedad determinada.

A lo largo de la historia política del mundo Occidental, la política ha estado representada por grupos de hombres organizados en razón a un interés común (interés, en acepción de Erick Fromm, que puede presentarse por el “tener” o el “ser”; aquel valiéndose de recursos y bienes, este valiéndose de la vocación de servidor público).

Estos grupos han estado identificados como facciones o partidos políticos, acá no nos detendremos en la visión epistemológica de este concepto, pero si describiremos las características actuales de esos Partidos Políticos que han dado vida al modelo democrático de organización de la sociedad.

Desde una perspectiva de lo político se aprecia los asuntos que tienen que ver con el área de la política como el conjunto de las estructuras de dominación, es decir, el conjunto de las relaciones institucionalizadas del poder, diversas y múltiples, que se establecen entre los individuos y los grupos sociales. Relaciones coercitivas que devienen consensuales (legitimadas) y que expresan como posiciones sociales dominantes y posiciones sociales determinadas, cuya dinámica es siempre conflictual.

Los fenómenos políticos no serían otra cosa que la dimensión exterior (observable) de la dominación. En tanto estructura o conjunto de relaciones, la dominación comprende dos dimensiones: la exterior y la esencial; siendo la exterior la visualización organizativa de un modelo político reflejado en la “apariencia” y la “manifestación”, que define los fenómenos en sociedad (apariencia, las ideas y planteamientos ideológicos de los partidos políticos o grupos de presión; manifestación que se traduce en el dinamismo y acción propiamente dicha del proceso de dominación.

Toda realidad política parte de condiciones de desigualdad, la cual es concentrada en una dimensión esencial que se caracteriza por el devenir diario de los hechos políticos que giran entorno a la dominación como ejercicio de Gobierno de los Partidos Políticos o Grupos de Poder.


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lunes, 15 de diciembre de 2008

POLÍTICA ESPECTÁCULO


Analizar la realidad política venezolana en un tiempo tan cambiante y agitado, es una tarea más de predicción que de “previsión”, porque cómo anticipar acontecimientos que se están dando más como producto de acciones apasionadas que como consecuencia de un desarrollo evolutivo del comportamiento electoral y político venezolano.

El país agotó su capacidad de aguante, desdibujó un perfil de líder que fuera antítesis de los modelos de liderazgo respaldado por los Partidos Políticos legalizados; el país, como un todo ciudadano, se rebeló contra un Sistema que incitaba relaciones en Sociedad desiguales y con una marcada tendencia hacia la injusticia social y el irrespeto al Estado de Derecho.

Desde los acontecimientos que hicieron posible el derrocamiento del Gobierno Constitucional (porque ciertamente lo era), del General Marcos Pérez Jiménez, en enero de 1958, se dio inicio a una nueva conducta política que se caracterizaba por el modelo de democracia representativa. Este modelo se enfocó en dos premisas: uno, la creación de una organización federal que permitiera al poder central delegar atribuciones y funciones de gobierno; y dos, el establecimiento de un marco jurídico que estableciera reglas de juego claras en donde se evitara la posibilidad de darle atribuciones al poder militar que le permitieran, como en el pasado, tomar la dirección ejecutiva del Estado.

El nuevo Sistema Político, surgido desde 1958, trajo consigo la llegada al poder de figuras convencidas de que las tendencias ideológicas de la Social Democracia y el Social Cristianismo, eran las alternativas más idóneas para impulsar un modelo de país hacia el desarrollo social y económico, que diera con un Estado consolidado bajo el régimen democrático. La condición humana, definida en su tino político por Thomas Hobbes (“El hombre lobo del hombre...”), creó un desenvolvimiento político-administrativo viciado, lleno de “malas acciones” éticas que en el establecimiento de un modelo capitalista de Estado (acumulación de capital como objetivo máximo), se valió de los recursos públicos para mantener en condiciones especiales a grupos y sectores de influencia política en la sociedad. Se acrecentó la corrupción como “virus” que infectó toda la Administración Pública y fue generando una matriz de opinión desfavorable hacia quienes desde el campo de “la política” ejercían funciones de alto Gobierno.

La imposición de una clase política privilegiada y el adoctrinamiento de una clase militar formada para servir a ésta, trajo consigo resquebrajamientos en el entorno interno castrense, y ello alcanzó su máxima representación en el levantamiento militar del 04 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, iniciándose de este modo un deterioro de las Instituciones Políticas del país y la opción electoral de nuevos actores que se mantuvieran aislados del “revanchismo” y las maniobras de “la política” nacional.

Toda esta situación produjo un “Declive de los Partidos Políticos” tradicionales, propiciando el nacimiento de nuevas estructuras de organización política que bajo la consigna de un “rescate de las ideas bolivarianas” ( pensamiento político y social de Simón Bolívar), produciéndose en este nuevo año 2002, nuevas visualizaciones del carácter político del país y generando un modelo de alternativo que persigue consolidar el proceso político en el marco de leyes que den mayor apertura al soberano, aunque ello implique perjudicar algunos sectores que hasta el presente se han visto beneficiados por la interpretación caprichosa de leyes que dejaban en blanco el para qué y cómo se ha de impulsar los derechos del pueblo.

Esta situación nos hace reflexionar en razón de los valores de “la política” actual, distinguiendo la posibilidad de una “anti-política”, o en el mejor contexto, de una actitud indiferente ante los asuntos que tienen que ver con la selección y delegación de los derechos de los ciudadanos para influir en sociedad.

Ante tales realidades la acción de los hombres involucrados en “la política” se ha caracterizado por ser expresión de un liderazgo de masas, tal cual nos lo refiriera José Ortega y Gasset: “los hombres se valen de las masas para sustentar su poder...”.En la nueva concepción politológica, estas relaciones de poder se conoce como política espectáculo.

En Venezuela la realidad política está entre las aguas de un militarismo subliminal, un populismo mesiánico y una democracia participativa, lo que nos hace prever que hay fielmente una identificación de los hombres con las autoridades en condiciones de búsqueda de un interés máximo por refundar las ideas y costumbres de una Sociedad desmoralizada en su fuero interno ante promesas y circunstancias incumplidas.

El país está en un “polvorín” de cambios, en expresión de Leonardo Vivas (“Chávez. La última Revolución del siglo”, Planeta, España, 2000), “Venezuela vive de la mano de una constante incertidumbre y ello nos obliga a mirar despacio y a pensar después...”

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jueves, 11 de diciembre de 2008

LA ENTIDAD HUMANA EN PROCESO


Para entender el carácter social del proceso educativo en el nuevo milenio que comienza, se debe empezar por visualizar al hombre como persona y no como individuo. Porque como individuo se entiende un ente estático, representación material de un ser humano, el cual parte de una autonomía de conducta que le hace diferente a sus semejantes; en cambio como persona es un ser integral, más identificado con la esencia de la naturaleza, parte intrínseca del universo y sus dimensiones. En una palabra, el hombre se interconecta con el medio haciéndose moral y éticamente humano, sin la presencia celestial de estatuillas y símbolos de adoración.

El premio Nobel de Física de 1927, Arthur H. Compton, publicó en 1939 un ensayo revelador del espíritu de la moralidad en el individuo. Este ensayo, con el título “El sitio del hombre en el universo”, resume la cuestión fundamental de la moralidad, de ese problema vital en religión y asunto de activa investigación en la ciencia, en razón a una incógnita: ¿Es el hombre un agente libre? Para contestarla Compton expone: “La moralidad se ha convertido en una ficción y la vida ha perdido todo significado humano.

“Se nos puede llevar a ver una Suprema Inteligencia, operando en la vasta máquina que llamamos Universo, a la cual podemos denominar Dios. Pero los hombres se han convertido, no en sus hijos, sino en sus juguetes, incapaces de hacer nada que no se le haya obligado a hacer. Aunque los hombres puedan disfrutar de la vida que se les ha dado, no pueden participar en darle forma. Toda religión que se basa en semejante relación entre el hombre y su Creador, no puede ser otra que una sombra pálida de la religión en que el hombre puede decir: Mi padre hasta hoy trabaja, y yo trabajo. (San Juan V,17)”

Según Newton un ser inteligente que, en un momento dado, conociera todas las fuerzas que animan a la Naturaleza así como las posiciones relativas de los seres que ella comprende, incluiría en una sola fórmula, si su inteligencia fuese suficientemente capaz de analizar tales dato, los movimientos de los cuerpos más grandes del Universo y los del átomo más ligero. Nada sería incierto para él: tanto el futuro como el pasado estarían presentes a sus ojos.

Esta percepción de Newton es reflexionada por Compton, argumentando que de acuerdo con ese punto de vista, el hombre no ejerce en verdad absolutamente ningún dominio sobre sus acciones, no importa qué pueda sentir respecto a su propia libertad. Al hombre no contar con su autodeterminación es evidente que no cuenta con la “moral de su existencia” y por lo tanto es presa de cualquier acción en contra de su voluntad y deseo.

Paul Foulquié (1973), nos refiere que el asunto de la moral es más la consecuencia de un efecto multiplicador, es decir, liberado de la obsesión de Dios, el hombre puede concentrarse en sí mismo, asumiendo la búsqueda necesaria de una libertad suprema, al estilo clásico, en donde el valor de la libertad depende del uso que hagamos de ella.

En cuanto a la moral religiosa, que es quizás la más escuchada, es sólo válida para quien siendo incierta la existencia de Dios, la admite no obstante por una libre determinación, dado que es en él, en este caso, que Dios debe existir para él.

Foulquié nos expone así una consecuencia: “no es lo que yo hago lo que cuenta, sino el grado de libertad con que lo cumplo”. Es ante esta idea de libertad y de autodeterminación que el hombre se moldea como persona, epicentro del más elevado influjo de la pasión y el “deber”. Un deber regido por las leyes de los hombres, y en más de una ocasión histórica, violado por ella misma.


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miércoles, 10 de diciembre de 2008

El socialismo en las empresas


Se necesita igualdad en una empresa para lograr que esta sea exitosa. Es necesario que todos los colaboradores tengan el mismo deseo enfático de querer triunfar como parte de un todo colectivo mayor a ellos mismos. Los líderes de las organizaciones necesitan valorar el potencial humano de cada una de las personas que conforman la empresa. Cada uno de los componentes, aunque diferente siempre será indispensable. Lo debemos reconocer, hay un tipo de socialismo en toda empresa exitosa.

Los más grandes movimientos y logros de las raza humana como sociedad colectiva se han dado tras la bandera de algún tipo de socialismo o derivado. Es necesario que como empresarios reconozcamos que el poder de un grupo unido trabajando por el mismo ideal es mucho mayor que el de unos cuantos individuos destinados a velar por sus propios intereses.

En el momento que como personas estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos por el grupo de personas que conviven a nuestro alrededor y que su supervivencia económica depende de la misma fuente que la nuestra (la empresa), estamos listos para ser productivos y sacar la empresa adelante. En los más grandes momentos de desesperación a través de la historia, la humanidad ha visualizado los más grandes triunfos de solidaridad y camaradería humana. Han sido esto momentos los que han definido nuestro rumbo como "pobladores supremos" del planeta.

Este tipo de comportamiento es el que se exhibe una y otra vez en las culturas organizacionales de las empresas más grandes del mundo. Ese sentido de igualdad propiciado por aquel líder dispuesto a sacrificarse por sus seguidores, aquella entrega sobrenatural de cada una de las personas involucradas con el cometido final, aquel sentimiento de pertenencia que nos invade a todos al formar parte de un grupo en donde alguien está dispuesto a darlo todo por nosotros, si, es todo esto lo que se necesita para guiar a una empresa al camino del éxito!


Fuente: www.malvarezonline.com/ serendipity/index.php?...

Socialismo


Texto de Wikipedia, la enciclopedia libre

El socialismo es una ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden en principio un sistema económico y político, basado en la propiedad o posesión democrática de los sistemas de producción y su control administrativo por parte de los mismos productores o realizadores de las actividades económicas (trabajadores) y del control democrático de las estructuras políticas civiles por parte de los ciudadanos. Por ello normalmente el socialismo se asocia a la búsqueda del bien colectivo, al desarrollo en cooperación e incluso la igualdad social, eso sí, las definiciones de estos aspectos del socialismo pueden variar drásticamente.

En resumen apoderar a quienes realizan la vida social y economía de una sociedad en lugar de darle poder sólo a aquellos que las puedan comprar o concentrar el control de ella (e incluso elaborar mecanismos para evitarlo de raíz), de ahí su carácter originalmente anticapitalista. En principio es a esto a lo que en el siglo XIX, en el contexto de un proceso de proletarización masivo producido por el ascenso del capitalismo industrial, se denominó movimiento socialista y en algunos lugares movimiento de reforma del trabajo.
Es un término político, que permanece fuertemente vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras. La radicalidad del socialismo no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.

Estructura Ideológica del Socialismo


Heinz Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la Lucha de clases. Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. El modelo del socialismo del siglo XXI se sustenta en tres ejes: El desarrollismo democrático regional, la economía de las equivalencias y la democracia participativa.

Dieterich no establece un modelo único y absoluto para lograr una sociedad democrática, participativa, socialista y sin clases sociales. Más bien establece una metodológica para elaborar lo que denomina El Nuevo Proyecto Histórico cuyos pilares estrategicos son el Bloque Regional de Poder (BRP) que sería la integración económica y política de los Estados Progresistas de la región y el Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) que correspondería a la coordinación continental de los movimientos sociales que apoyen a la implementación del Socialismo del siglo XXI. A eso, se suma la colaboración igualitaria y solidaria entre los estados y los movimiento sociales, es decir entre el BRP y el BRPP.

Socialismo del siglo XXI


El Socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por Heinz Dieterich Steffan, a partir de 1996, y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro Social Mundial. En el marco de la revolución bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria.
Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.
A su juicio por las condiciones presentes en el actual mundo globalizado, esta transición será bastante prolongada. Dentro de este concepto sería definitivamente esta versión de socialismo de Estado y socialismo democrático el camino a seguir, contrario a otros modelos de gobierno y economía.
Dice el gobierno venezolano y sus partidarios que habrá que realizar una transformación profunda de la estructura social, económica y política, pero que no se puede pretender acelerar torpemente la dinámica de los cambios estructurales. También se ha hecho un llamado a generar la discusión sobre el tema, para abrir cauces a este sistema de vida propuesto y en proceso de desarrollo en la región.